jueves, 29 de septiembre de 2011

No hubo un adiós que me despidiera de tus buenas razones.
EL hola fue algo dudoso pero si no se llena con un adiós en condiciones(nuncaa)
no quiero que su epicentro se pierda entre el óxido de la saeta y el segundero.
Brújulas encerradas.
No me quejo del dolor que provocaron las ondas magnéticas y las radiaciones,
las bajas proteínas y los malditos folios agujereados por los lápices
siempre demasiado afilados.
No niego que en un submundo, una playa desnuda o en el esófago de un pez sin escamas
encuentre la copia barata del perfume,
incluso mejor que el original...
manzanas traigo.

El buitre pasó a cantar como un mísero patito de bañera.
Vuelta a la tinta negra.

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