domingo, 30 de diciembre de 2012

Spring Rounds

Me suben las pulsaciones y me atemora. El tiempo, llevador del bien y del mal, de los nervios y de los recuerdos. Llevándome siempre como tu esclava, esclava de tus decisiones y tus golpes de Gong. Siempre has sido tú quien ha tenido la vara de mando, conmigo, con ella, con todos. Eres fuerte e insaciable, devorador de lo primero que se interponga en tu camino, sin ascos ni piedad. Somos millones en tu contra, caprichosos desalmados con lágrimas de cocodrilo, falsas lágrimas. Luego te busco y te necesito, y necesito que seas rápido y arrasador, pero luego me arrepiento. Oigo el tic tac del reloj y me recojo el pelo para que el aire acelere mis ideas y que no se me escape el más mínimo detalle. Y perdiendo minutos de mi vida paro a pensarte y analizarte, y asustarme, y quererte y odiarte, y a darme cuenta de que aquí se va un año más. 
Y robe la carta que más le guste de todas las que le ofrezco.